Preludio. Autor: Hernan Maldonado - Premio de Arquitectura CPAU SCA 2010 Audiovisuales inéditos
Durante un instante imaginemos el paisaje inmediato: innumerables personas (casi cien) realizan actividades simultaneas, construyen y transforman, se desplazan entusiasmadas de aquí para allá hacia un objetivo común, ríen e intercambian miradas, vuelven a construir, aciertan y se equivocan, posan para el registro efímero mientras captan infinidades de imágenes y evitan así confiar en el propio recuerdo.
Mientras construyen, por un momento son capaces de desdibujar el proyecto original, lo transforman en búsqueda de un resultado superador, son capaces de incorporar nuevos elementos que alimenten aquella idea de origen. En simultaneidad, respetan los dibujos constructivos a ultranza, no se salen del libreto, no escuchan ni miran más allá de su objetivo concreto. Mientras construyen, esperan con ansiedad un resultado y ese resultado es visual, es conceptual, es artístico, es natural y urbano. Para lograrlo, utilizan materiales de todo tipo que, por momentos, son inclasificables, ordinarios e invisibles.
Las innumerables personas se desplazan por innumerables lugares, innumerables cantidades de veces. También son capaces de repetir y recorrer un mismo lugar en cuantas ocasiones hagan falta. Algunas, cuando han alcanzado el sitio esperado e ideal, no se han movido. Se han quedado allí de manera impenetrable hasta alcanzar el resultado imaginado.
Luego de transcurrido el eterno momento, y utilizando la misma ceremonia, se produce la desconstrucción del evento. Como si no hubieran estado, aquellas personas retiran lo dicho, retroceden, se repliegan con grandes bolsas de contenido, con el valioso registro digital y, ahora si, con el recuerdo.
En silencio, vuelven a sus casas con un grato sentimiento: han realizado una construcción común, han levantado los primeros edificios, han realizado la ansiada intervención . . .
Los alumnos han realizado múltiples intervenciones, urbanas y de paisaje, con el objetivo de entender un lugar e incorporar su esencia y significado.
A través de la acción concreta han diseñado y construido infinitas instalaciones que, en mayor o menor medida, transmiten ideas y pensamientos de pequeña y gran escala referidas a un hecho preciso: intervenir un paisaje inmediato, observar y registrar el resultado.
Hay intervenciones de todo tipo: conservadoras y arriesgadas, enormes y mínimas, sutiles, delicadas, brutales, ingenuas o sofisticadas, algunas hasta inconclusas.
Para poder realizarlas se ha requerido de un esfuerzo conjunto sin perder la sutil individualidad. En la cantidad, existen aquellas instalaciones silenciosas que establecen el encuentro íntimo o las que han cautivado con mayor encanto la atención de aquellos observadores transitorios y privilegiados de los acontecimientos.
Las intervenciones realizadas persiguen un objetivo común, futuro y posterior: incorporar un conocimiento del sitio de manera tal que alimente, desde una alternativa lateral e inconsciente, la inmediata producción de los proyectos de arquitectura del taller.
Creo que el resultado de mayor interés consiste en la posibilidad de despertar y estimular la reflexión a través del hacer, con el objetivo de poder llegar a la raíz del alumno y, a partir de ahí, poder construir un resultado genuino y comprometido que establezca un valor agregado al desarrollo académico en su conjunto.
Mientras construyen, por un momento son capaces de desdibujar el proyecto original, lo transforman en búsqueda de un resultado superador, son capaces de incorporar nuevos elementos que alimenten aquella idea de origen. En simultaneidad, respetan los dibujos constructivos a ultranza, no se salen del libreto, no escuchan ni miran más allá de su objetivo concreto. Mientras construyen, esperan con ansiedad un resultado y ese resultado es visual, es conceptual, es artístico, es natural y urbano. Para lograrlo, utilizan materiales de todo tipo que, por momentos, son inclasificables, ordinarios e invisibles.
Las innumerables personas se desplazan por innumerables lugares, innumerables cantidades de veces. También son capaces de repetir y recorrer un mismo lugar en cuantas ocasiones hagan falta. Algunas, cuando han alcanzado el sitio esperado e ideal, no se han movido. Se han quedado allí de manera impenetrable hasta alcanzar el resultado imaginado.
Luego de transcurrido el eterno momento, y utilizando la misma ceremonia, se produce la desconstrucción del evento. Como si no hubieran estado, aquellas personas retiran lo dicho, retroceden, se repliegan con grandes bolsas de contenido, con el valioso registro digital y, ahora si, con el recuerdo.
En silencio, vuelven a sus casas con un grato sentimiento: han realizado una construcción común, han levantado los primeros edificios, han realizado la ansiada intervención . . .
Los alumnos han realizado múltiples intervenciones, urbanas y de paisaje, con el objetivo de entender un lugar e incorporar su esencia y significado.
A través de la acción concreta han diseñado y construido infinitas instalaciones que, en mayor o menor medida, transmiten ideas y pensamientos de pequeña y gran escala referidas a un hecho preciso: intervenir un paisaje inmediato, observar y registrar el resultado.
Hay intervenciones de todo tipo: conservadoras y arriesgadas, enormes y mínimas, sutiles, delicadas, brutales, ingenuas o sofisticadas, algunas hasta inconclusas.
Para poder realizarlas se ha requerido de un esfuerzo conjunto sin perder la sutil individualidad. En la cantidad, existen aquellas instalaciones silenciosas que establecen el encuentro íntimo o las que han cautivado con mayor encanto la atención de aquellos observadores transitorios y privilegiados de los acontecimientos.
Las intervenciones realizadas persiguen un objetivo común, futuro y posterior: incorporar un conocimiento del sitio de manera tal que alimente, desde una alternativa lateral e inconsciente, la inmediata producción de los proyectos de arquitectura del taller.
Creo que el resultado de mayor interés consiste en la posibilidad de despertar y estimular la reflexión a través del hacer, con el objetivo de poder llegar a la raíz del alumno y, a partir de ahí, poder construir un resultado genuino y comprometido que establezca un valor agregado al desarrollo académico en su conjunto.
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