La ciudad de Buenos Aires ha sido afectada por inundaciones desde el día
siguiente a la segunda y definitiva fundación, en 1580. La reiteración dramática
de esas inundaciones cuatro siglos después obliga a usar otro paradigma de
pensamiento. La planta urbana original estaba situada en “terrenos planos y no
planicies inundables”, según establecían las Leyes de Indias para el Nuevo
Mundo. Pero aquellas tierras altas de la primera urbanización eran las únicas:
tanto hacia el sur (las planicies que derivaban en el Riachuelo) como al norte y
oeste (la cuenca del arroyo Maldonado), la ciudad estaba hostigada por las
inundaciones cada vez que llovía. La manera en que se enfrentó la realidad del
anegamiento permanente –tanto en aquellos momentos primigenios como en los
posteriores, más ingenieriles– respondió siempre a una forma de pensamiento
clásico y ortodoxo: sacar el agua. Para lo cual, la presencia abrumadora –y
capaz de albergar trillones de litros– del Río de la Plata era completamente
funcional...... +
Página/12 - 27 de febrero de 2010
via > @LuisOGrady
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